Por: Mauricio Requena
Acabo de llegar a casa. Recorrí las calles de Santa Cruz de la Sierra en bicicleta.
Una señor nacido en Cochabamba me vendió raspadillos, a 15 metros de El Cristo.
Una señora de pollera me vendió una pequeña botella de agua y una de Coca Cola, exactamente a 50 metros del Comité Pro Santa Cruz.
Me pregunto: ¿dónde queda el discurso de que los cruceños son racistas, separatistas y no amamos Bolivia?.
Hoy empezó un paro cívico, que desde Palacio de Gobierno quisieron enturbiar.
Al estilo de las milicias venezolanas y nicaragüenses, grupos afines al partido de gobierno, protegidos por la policía nacional, en dos camionetas negras sembraban terror en la ciudad de los anillos, desde tempranas horas de la mañana.
La ciudad que paró 21 días y forzó a renunciar a Evo Morales, demostró que tiene temple.
Las mujeres valientes tomaron las calles. Cada rotonda era una fiesta al llegar la noche.
La prepotencia de algunos policías que intentaron intimidar quedó opacada con la voluntad del cruceño que dejaba que desbloqueen, para luego volver a colocar su «pitita y llantita».
Santa Cruz y Bolivia va al segundo día de paro.
Presidente Luís Arce, los bolivianos no queremos parar 21 días, no queremos que renuncie, no queremos revocatorio.
Queremos que gobierne para todos; para los que votaron por usted y para ese 45% que NO votó por el MAS.
Queremos que respete la Constitución Política del Estado, queremos que respete vivir en armonía, queremos que deje de perseguir bolivianos con historias ficticias, y cuando termine su gestión, sean las urnas las que decidan, si votan nuevamente por Arce, o por cualquier otro militante del masismo.
No destruyan el país. Dejen los odios, rencores y dejen de buscar enemigos donde no los hay.
Bolivia es más grande que usted señor Luís Arce.
