En Bolivia la ola de violencia hacia las mujeres no se detiene, hasta el 20 de diciembre se reportaron 45.174 denuncias sobre delitos contemplados en la Ley 348 Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, muchos de esos hechos de violencia derivaron en intentos de feminicidio o, en el peor de los casos, en feminicidios, dejando llanto, luto y dolor en 107 familias bolivianas.
En Sacaba una mujer de 58 años fue golpeada y apedreada por su concubino de 57 años, como consecuencia de esa brutal agresión su pierna quedó con fracturas y le dieron 80 días de impedimento. El sujeto ya tenía antecedentes por violencia intrafamiliar y fue aprehendido por tentativa de feminicidio, enviado de manera preventiva a la cárcel de El Abra.
Otro caso de violencia brutal se dio también en la zona Sur de Cochabamba, una mujer de 22 años fue agredida con un arma blanca en la espalda por su pareja. Las heridas fueron graves, por lo que le dieron 10 días de impedimento y la Policía capturó al agresor. Esos hechos fueron reportados por la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) de Cochabamba en noviembre.
La violencia contra las mujeres no distingue edad, estrato social, color o afinidad política, a diario ese sector de la sociedad está expuesto a ser víctima de algún tipo de violencia, ya sea en el ámbito público o privado.
Casos de feminicidio
Según el reporte oficial del Ministerio Público, desde enero hasta el 20 de diciembre de 2021 se suscitaron 107 feminicidios. Cada tres días una mujer fue asesinada en el territorio nacional, siendo el eje central, La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, los departamentos donde se concentró la mayor cantidad de hechos violentos que terminaron en feminicidios.
El departamento de La Paz tuvo 43 casos; Santa Cruz, 16; Cochabamba, 15; Oruro, 10; Beni, tres; Tarija, tres; Potosí, 10; Pando, uno; y Chuquisaca, seis; haciendo un total de 107 feminicidios.
La violencia feminicida no es un hecho aislado, en la mayoría de los casos existió un círculo progresivo de violencia. Cada día se tienen nuevos reportes, autoridades y activistas lamentan que ahora se susciten con mayor agresividad.
Uno de los hechos que llegó a conmocionar a la población fue el caso de Mayerly C. Q., de 18 años, que salió de su casa e indicó a su madre que se encontraría con su papá para cobrar sus pensiones; sin embargo, ya no regresó más a su hogar.
El 6 de septiembre pasado, al mediodía, vecinos de la zona de Alto Llojeta, La Paz, alertaron sobre el hallazgo de partes de un cuerpo humano, por lo que llamaron a la Policía Boliviana y al promediar las 13:30 se realizó el levantamiento legal de un cadáver que fue desmembrado y esparcido por diferentes lugares.
La Policía no logró identificar al cuerpo hasta que la madre de la víctima identificó los restos de su hija en la morgue y entró en shock. Se descubrió al presunto autor, porque se hizo pasar por la joven y envió mensajes a la madre de Mayerly diciendo que se estaba yendo de su casa.
Tras las investigaciones, se reveló que la joven fue asfixiada y después descuartizada a manos de su expareja, identificado como Matusalén M. L., de 22 años, quien confesó el horrendo crimen. Este joven tenía antecedentes por infanticidio. Además, se aprehendió a otro presunto implicado, identificado con las iniciales R. H. Q., de 34 años, que se presume sería pareja de la víctima.
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, pidió a la justicia acompañar la lucha del Estado Plurinacional de Bolivia contra el feminicidio y que los agresores no vuelvan a las calles.
“Hemos visto que la justicia en los últimos meses ha liberado a feminicidas, ha liberado a una serie de criminales que, pese a tener indicios de pruebas suficientes, la justicia boliviana no está actuando de manera oportuna”, aseveró Del Castillo.
Otra muerte que causó conmoción fue la de Mabel Choque, de 30 años, quien fue asesinada con cuatro puñaladas delante de sus dos hijos, en Cochabamba. El principal sospechoso era su pareja y padre se sus hijos, Ángel E. L., de 32 años.
Según las investigaciones, el sujeto era violento y ya tenía denuncias en su contra, y acabó con la vida de la joven por celos el 4 de noviembre.
Durante el entierro, su pequeña hija se aferró al ataúd pidiendo que no la deje. “No me dejes mamá, no me abandones”, repetía entre lágrimas y dolor.
Los familiares de Mabel exigen justicia y cadena perpetua para el agresor, quien está con detención preventiva en el penal de El Abra.
Según los datos de la Policía boliviana se tiene cerca del 90% de los casos esclarecidos y están en manos del Ministerio Público y autoridad jurisdiccional para su sentencia.