Una intensa búsqueda, durante 48 horas, a lo largo del Río de San Julián, dejó como saldo el hallazgo sin vida de dos pescadores que murieron ahogados tras el vuelco de su canoa.
Desde la Gobernación cruceña indicaron que, a pedido de la familia y ante la información de que tres amigos se encontraban desaparecidos, se inició una búsqueda en San Julián llegando a ubicar dos de los tres cuerpos en el sector denominado El Remanso en Villa Arancibia.
Se trata de Antonio Gutiérrez y Erwin Ramiro Céspedes, cuyos cadáveres fueron entregados anoche a sus familiares en medio del dolor de sus amigos. Un grupo de rescate continúa las labores de rastrillaje, para ubicar el cuerpo de Javier Antonio Oros Salazar, que se encuentra desaparecido.
Los familiares indicaron que los tres amigos solían ingresar a pescar a bordo de una canoa río adentro, pero llamó la atención el que no retornaran a sus domicilios y se perdiera toda comunicación con ellos. Después de dos días, sus familiares se preocuparon y denunciaron su desaparición a la Policía de San Julián y, junto a amigos de las víctimas, organizaron cuadrillas de rescate, con la esperanza de encontrarlos con vida.
Un vocero de la Gobernación dedujo que los pescadores habrían chocado su canoa en una malla que ellos mismo armaron para atrapar peces, debido que varias de sus prendas y objetos que llevaban, fueron encontrados flotando en ese sector. Uno de los fallecidos era un conocido profesor del colegio Patujú de ese municipio.
Los allegados indicaron que ellos conocían la zona, por lo que no saben qué pudo pasar para que la canoa se vuelque.
El velatorio se desarrolló en los domicilios de las víctimas y luego les dieron cristiana sepultura en medio de mucha consternación, por la irreparable pérdida de los pescadores, que eran conocidos en la zona.