Rusia denuncia.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania colocaron armamento pesado en colegios y edificios residenciales de las localidades de Járkovy Odesa, informó el jefe de Centro Nacional de Gestión de Defensa de Rusia, Mijaíl Mízintsev.
“En Járkov y Odesa, los neonazis, escondiéndose detrás de los civiles como un escudo humano, equiparon posiciones de tiro y desplegaron armas pesadas en edificios residenciales (…) y escuelas”, dijo Mízintsev.
El también coronel general especificó que las armas fueron emplazadas en el colegio número 40 de Odesa y en los centros educativos números 14, 73, 145 y 161 de Járkov. En este sentido, Mízintsev acusó a los soldados ucranianos de continuar “implementando los métodos de los nazis del siglo pasado con particular crueldad y sofisticación”.
Rusia anunció el pasado 24 de febrero el lanzamiento de una “operación militar especial” en Ucrania, alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitaban ayuda frente al “genocidio” por parte de Kiev.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Del 24 de febrero al 27 de abril, las hostilidades en Ucrania causaron la muerte de al menos 2.829 civiles y dejaron heridos a otros 3.180, pero el
balance real es mucho más alto, según la ONU.
Más de 5,3 millones de ucranianos buscaron refugio en los países vecinos, a lo que se suman unos 7,7 millones de desplazados dentro de Ucrania,
según la ONU.
Numerosos países condenaron la operación militar de Rusia y apoyan a Kiev con suministros de armas, donaciones, ayuda humanitaria y sanciones
contra Moscú.
DOS MILITARES UCRANIANOS ACUSADOS DE MATAR A UN NIÑO
Dos miembros de las Fuerzas de Defensa Territorial de Ucrania han sido acusados de asesinar un joven de 12 años y de herir a otro con armas de fuego en el noroeste del país. Daniíl Bélchenko recibió un impacto de bala en la ciudad de Rádomyshl, región de Zhitómir, donde la familia había llegado desde Kiev a finales de febrero para visitar a sus parientes y resguardarse ante los combates entre las fuerzas rusas y el Ejército ucraniano.
La tarde del 7 de marzo, los niños jugaban en el patio mientras el resto de la familia estaba dentro de casa. De repente se oyeron disparos y los adultos se apresuraron a ver qué pasó, pero se encontraron con un hombre armado en la puerta que impedía su salida.
“Quédense en casa, hemos llegado para matar a terroristas”, fueron las palabras del uniformado, según relató al medio Straná la madre de la víctima, Karina.
Se supo que en el patio habían hombres armados y que los que civiles les gritaron por la ventana que en el lugar se encontraban niños. “Cuando nos dejaron salir ya era demasiado tarde […] Mi marido halló el cuerpo de nuestro hijo en el patio colindante.
Otro joven resultó herido”, dijo la mujer.