Hay intangibles que pueden resumirse, pero jamás simplificarse, bajo la palabra mística. Algo tiene el Real Madrid. Un club amado u odiado, que no admite grises por su historia y todo lo que representa. Pero siempre, siempre, tiene una marcha más en estos partidos que paralizan a todo el planeta. Lo había demostrado en la serie de cuartos ante Chelsea, levantando un 2-3 en casa y ganando 3-1 en Londres. Lo del miércoles, contra el Manchester City, quedará grabado en la historia como una milagrosa noche madrileña.
El histórico doblete de Rodrygo
La serie contra el equipo inglés estaba perdida. El Bernabéu así lo sentía. Iban 44 minutos y 20 segundos del segundo tiempo y el City ganaba la serie muy tranquilo. Al 4-3 de la ida le había agregado el gol de Mahrez en la vuelta para tener KO al equipo de Ancelotti. Tanto el resultado como el desarrollo ponían al City en la final, donde esperaba el Liverpool. Pero sucedió el milagro, las noches de mística copera se hicieron presentes. En apenas un minuto y medio, Real Madrid pasó de 0-1 a 2-1. Fue el doblete más importante en la vida de Rodrygo, de apenas 21 años, lo que dio vuelta el partido y lo mandó al alargue.
El golpe fue una golpazo demoledor para un City que, al igual que el PSG, tiene mandíbula de cristal en Champions. Es el gran déficit histórico que padecen estos dos equipos y no pueden solucionar. Cuando el Madrid se puso 1-1, el Manchester entró en crisis. Ahí desaparecieron los cruces de Walker, la presencia de los centrales y el panorama exquisito de Bernardo Silva. Se derrumbó el castillo de Guardiola y se jugó al modo Real.
Los nefastos 10 minutos del City
Ya en el alargue, la ráfaga siguió. Dias, uno de los mejores centrales del mundo, llegó tarde al cruce y le hizo un penal muy tonto a Benzema. Todo un síntoma de lo que pasaba por las venas de los jugadores visitantes. A los 3 minutos del primer tiempo extra, el propio Karim abrió el pie derecho y puso el 3-1. Pasando en limpio, desde el primer gol de Rodrygo al del francés pasaron 10 minutos de tiempo neto de juego. A Guardiola, la final se le escapó con los dedos de las manos…
El 6-5 terminó siendo un resultado que refleja lo abierta y cambiante que fue una de las mejores series de la historia de la Champions. El City pudo haberlo liquidado mucho antes pero Courtois tapó un par de pelotas geniales, en especial un cabezazo de gol a Foden en la última jugada del primer tiempo suplementario y un remate dentro del área a Bernardo Silva. La mejor competencia de clubes del planeta nos dio un show inolvidable que quedará en el recuerdo de todos. Encima, falta nada menos que la gran final entre el Real Madrid y Liverpool, a jugarse el 28 de este mes en Francia. A disfrutar de los mejores equipos del mundo.
