El Atlético de Madrid recibe este domingo al Sevilla en el Metropolitano, en partido correspondiente a la jornada 37 de La Liga. O lo que es lo mismo, será el último encuentro de la temporada en el Metropolitano.
Y eso es significado de despedidas, con una que eclipsará al resto: la de Luis Suárez.
Primero, porque es algo que se tiene asumido. Y segundo, porque ha dejado huella en solo dos cursos como rojiblanco, sobre todo en el anterior, en el que fue pieza clave para que el Atlético conquistara la undécima Liga de su historia.
Desde hace tiempo, se sabe que sólo un milagro haría que el uruguayo continuara en el Metropolitano. Tiene 35 años, su rol ha pasado a ser secundario, su rendimiento ha caído, tiene una ficha alta… Se dan todos los escenarios para que así sea. Simeone comenzó la campaña apostando
con él, pero con el paso de los meses, fue perdiendo la confianza en el charrúa como titular.
Eso es algo que le costó asimilar al delantero, pero que ha acabado haciendo, mostrando una buena actitud e implicándose como el que más desde el banquillo, con el ejemplo más reciente el miércoles en Elche, cuando salió en el descanso a calmar a un Oblak que había tenido un roce con Lodi sobre el terreno de juego.
Que Suárez siguiera en el Atlético pasaba por una disminución muy cuantiosa de su salario y porque aceptase ser un futbolista con pocos minutos de juego. Pero Suárez quiere seguir jugando al menos una temporada más en Europa, sintiéndose importante en el campo, algo que tiene muy complicado en Madrid. Por todo esto, se da por hecho que Suárez no continuará.
Es decir, que ante el Sevilla se despedirá de la afición del Atlético de Madrid. Y lo hará con todos los honores. Porque la hinchada colchonera dirá adiós al Pistolero por todo lo alto. Dos campañas sólo, sí. 81 partidos hasta el momento.