La Iglesia de Jesucristo
Con el propósito de contribuir en el cuidado y protección de la niñez, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, junto con su departamento de Bienestar donó un lote de computadoras, laptop y tablets a la Dirección de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia para que
tengan mejores condiciones para realizar el monitoreo y prevención de la violencia en beneficio de la población más vulnerable del municipio cruceño.
Los equipos fueron recibidos por Teresa Góngora, secretaria municipal de Desarrollo Humano, quien agradeció a los representantes de la iglesia,
Pablo Rocabado, gerente de Bienestar y Ricardo Sánchez, presidente de la estaca El Bajío.
“Agradecer a los representantes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días, por las computadoras que nos ha entregado para
realizar la labor de la Secretaría Municipal de Desarrollo Humano.
Uds. saben cómo atendemos a personas vulnerables y esto es un apoyo grande para todo el trabajo que tenemos.”, señaló Góngora.
“Como iglesia estamos siempre tratando de llegar al más necesitado, al más vulnerable y sobre todo a lo que son el binomio madre-niño:
juventud, niñez y adolescencia. Con este importante lote de computadoras podrán llevar adelante el sueño de este proyecto en favor de la
comunidad”, sostuvo Rocabado.
Otro de los proyectos que se está trabajando con el municipio cruceño, es el apoyo a un centro de acogida para niñas, que está en construcción
y la Iglesia de Jesucristo donará el mobiliario y los electrodomésticos necesarios para su funcionamiento.
En otras ciudades y municipios del país también se ha logrado apoyar proyectos de ayuda a la comunidad. El objetivo del programa de bienestar de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que llegó en la década del 60 a Bolivia y a Santa Cruz, es atender a los necesitados, al tiempo que se les enseñan principios que les permitan llegar a ser autosuficientes y conservar el amor propio. En ese sentido, los miembros de la Iglesia, que ya superan los 200.000 en Bolivia, donan de sus propios recursos y de su tiempo para ayudar a quienes lo necesitan y se capacitan para ser autosuficientes y así extender una mano solidaria a su prójimo.